Red de distribución logística

El camino que un producto sigue desde su fabricación o manufacturación hasta su comercialización, es lo que se conoce como cadena de suministro.

Esquema típico de una cadena de suministro

Si nos centramos en el comprador o cliente final y no en el importador, comercializador o vendedor del producto, el proceso no termina aquí.

Todavía queda un camino final por recorrer, un camino que en logística, especialmente en transporte, recibe el nombre de última milla. Se trata precisamente de ese último tramo que la mercancía debe recorrer para ser entregado en el destino indicando por el cliente final, la persona o empresa que compra el producto para utilizarlo o consumirlo en su casa, empresa u oficina.

La última milla tiene lugar entre el almacén del comprador, último icono visible en el esquema anteriormente mostrado y el destino final, ya sea una vivienda, un comercio o una empresa. Y para recorrer este importante espacio entra en juego la red de distribución logística.

¿Qué es la red de distribución logística?

Se trata del conjunto de instalaciones de almacenaje y sistemas de transporte, conectados entre sí, que posibilitan el llevar una mercancía hasta su consumidor final.

Aquí se incluyen toda la operativa realizada por los almacenes, transportistas y repartidores de una o varias empresas para el traslado del servicio o producto hasta el cliente final.

Tipos de red de distribución en función de su destino

El destino de un bien puede tener como fin principal otra empresa, donde se puede dividir a su vez en dos destinos diferentes o bien directamente el consumidor final.

Es lo que en negocios se conoce como B2B (de negocio a negocio, por sus siglas en inglés) o B2C (de negocio a consumidor, también por sus siglas en el idioma anglosajón).

  • (B2B) Empresas de producción o manufacturación, en este caso lo que se está suministrando son materias primas, piezas o repuestos a empresas que requieren de estos materiales para poder completar la fabricación de sus productos.

  • (B2B-B2C) Tiendas físicas, que necesitan recibir un determinado stock de los productos que comercializan para los clientes finales. Es la transición más habitual entre negocios y consumidores. Los clientes finales podrán adquirir o recoger el producto de manera física en el establecimiento o bien contratando una entrega en su domicilio o un punto de recogida.

  • (B2C) El cliente o consumidor final es el destino directo. Sin intermediarios como las tiendas que veíamos en el punto anterior. También conocidos como minoristas, esta tipología de negocio está experimentando un gran auge en estos últimos años.

Factores clave en las redes de distribución

  • La ubicación del receptor final: A mayor distancia de este respecto al lugar donde se encuentra la mercancía, mayor será la inversión necesaria en la distribución, así como mayor será la complejidad de la administración logística ese destino final. Por ello un punto importante a tener en cuenta será el emplazamiento de los almacenes.

  • Tipos de producto: No es lo mismo, ni requiere las mismas condiciones una mercancía perecedera, como es el caso de los alimentos, o frágil, como algunos tipos de materiales, que otro tipo de productos.

  • Procedimientos y tecnología: Son los métodos que permiten reducir los costes del transporte, optimizando los tiempos y las rutas mediante automatizaciones en almacenes, cargas, medios de transporte y entregas. Un buen software de gestión de almacenes puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso.

  • Foco en el cliente: Satisfacer y fidelizar a nuestros clientes debe de ser nuestro objetivo final. Debemos proporcionar facilidades para personalizar la recepción de su pedido, la gestión de sus devoluciones o diversos canales de atención para resolver cualquier duda asociada al mismo.

  • Análisis de los datos: Para la mejora continua de los procesos. Si no mejoramos, empeoramos. Y para ello un Business Intelligence enfocado a logística es una apuesta segura para cubrir esta necesidad.

La eficacia, calidad, tiempos de entrega y costes asociados en la gestión de la última milla para la entrega de los bienes comprados tienen un alto impacto directo en la satisfacción de los clientes finales, por lo que su importancia es muy alta.

Tendencias en las redes de distribución logísticas para satisfacer la última milla

En el camino que recorre un paquete al abandonar el último punto de distribución, hasta llegar a su destino, pueden producirse diversas trabas, bien relacionadas con los agentes de transporte o con la tipología del producto.

Además, el auge del comercio electrónico están haciendo evolucionar a grandes pasos este sector, dibujando algunas interesantes tendencias.

  • Cada vez se envían más paquetes por correo, en detrimento de las habituales cartas o documentos.

  • Significativo aumento de las regulaciones y limitaciones de la circulación de determinados vehículos (camiones y furgonetas) en núcleos urbanos, así como de los horarios para carga y descargas de mercancías.

  • Aumento de los picos de actividad logística en fechas determinadas, como Black Friday o Navidades.

  • Aumento de los envíos urgentes y de alta prioridad. Un ejemplo muy al día son los envíos relacionados con medicamentos e instrumentos médicos necesarios para la gestión de la pandemia provocada por el Covid 19. Esto implica procedimientos aún más estrictos para la manipulación y márgenes aún más bajos para el transporte y entrega.

Todas estas tendencias y necesidades nos hacen ver, una vez más, cómo las necesidades asociadas a las cadenas de suministros continúan aumentando y cómo innovar en el sector logístico es cada vez más una necesidad que una opción si queremos ser totalmente competitivos en nuestro sector.

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